sábado, septiembre 02, 2006

Versos desde la UVI II
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Entorné la mirada y mi pupila miope,
retrocedió asido a la velocidad de un
cíclope pensamiento enquistado en el tiempo,
rodando por los alambiques y las ruecas
del huso y del tiempo.Y de nuevo,
traté en vano de alcanzar el punto último ,
exacto e infinito,del trampolín desde el que dimos aquel
funesto salto al agujero negro de nuestra humana conciencia.

Yo estaba en el agujero, y había visto el Amor Verdadero,
flotaba a mitad de camino y mi mente escogió lo desconocido,
y lo desconocido era el trecho que va del olvido al amor primero,
el camino de los vencidos, deseando amar debía escoger,
y a la velocidad de la poética cuántica
se desintegró mi mente en una mota de pensamiento,
que viciado en mi humano filtro,
no hacía más que trilar mis pulsos y nublar mi esucha:

mis venas se ayermaban mientras mi verso
trataba de destejer una inmensa tela de araña acuática;
el estrecho del Bósforo ya era aterrador laberinto
para distinguir mi propio corazón,
mis mamos desasían diez pulsos ardiedo
en un hasta luego corazón;
al quedar sin pulso, automáticamente
desperté de mi ensoñación….




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Me está resultando durísimo despertar
de este coma versográfico,
del bulevar del olvido me saludan aludes
de versos atronados y malheridos
tembleteando entre dientes
con las chapas de los amigos caídos…

Si me escapo a trabajar a la tienda,
(¡no sólo de versos vive el hombre!)
escribo versos con zapatos,
¿será porqué los vendo que me llegan descalzos?
¿Ésas manchas amarillentas de nicotina en mis pies
serán de fumar, entreversos, tantos cartones de zapatos?

Hay versos que se me queman en el dedo de un instante,
dejando llagas detrás de una pregunta turística,
a otros los pierdo para nunca
jugando en los tacones de un escaparate femenino.
.

De momento voy haciendo caso a las enfermeras,
que remedio!, menú de régimen:
ensalada de versos al heliotropo
y yogur de verso alegre ma non troppo,

pero yo me sueño encabalgando metáforas saladas,
picatostes rimados, y de postre, mi favorito!,
aquella perífrasis líquida de un adiós helado.
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El Versógrafo
Continuará..............

1 comentario:

El Bosco dijo...

Oye, que la enfermedad esa de la versografía no está tan mal. Y más de una la padecemos, y tan contentas. Porque cuando necesitamos desahogarnos o tenemos penas de amores o nos hace falta alguien para calentarnos (en el buen sentido) o la vida nos parece una squito, o... en tantas ocasiones, pues ahí la enfermedad nos ayuda ¿no?.
Me ha gsutado encontrarte en el tren