domingo, abril 27, 2008

Revolcándome
En

El Cabo de la Sal


Brillaba un Sol de galleta,
sus
naranjas Violetados
Llovían tricotando
hebras de luz en el
Estambre de un hola
,
como
desfibrilando el Mar,
en el aire palpitaban
dos
Monhadas
y una sola cara.
Y
Drapeé mis uña
s con
el
Horizonte,
EntregándOLAS

al vies del Ma
r.
La Sal
me concedió una
huella
desnuda de roca ba
tista.
En el sépalo a mi espa
lda,
entre el Coriandr
o,
una libélula me descosía

estos versos ovilla-Dos
al borne de mis besos
más
adolecentes.
El Poeta
de tus Zapatos

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