jueves, abril 10, 2008

La Besoteca
Que
como quien no versa la cosa
te estás convirtiendo
en mi versotecaria:

a cada beso, su verso,
su tiempo, su espacio.

a cada veso su berso,
su carácter, su intención,

cada beso su propio
brebaje en descomposición,

cada beso su sonajero
su ritmo y su miedo.
.................................................................
A cada berso-veso,
su estante.
Y
no había besos
kamikazes (ni kémehaces)
ni versos despistados.

Todos nacían en las bocas,
crecían en los labios
y se independizaban
andando en piel.
Todos los Bersos
deberían tener un parto
Tan Natural,
tan sin miedo
tan orgullosos
de ser animal
Y
los beso-versos
obedecían
a un hermoso
sistema de
Libre -Mente
ordenados.
………………………….......................
Y
si en vez
de a versar
dedicara esta tinta
a pensar,
podría lunear en
tu cuerpo
cada verso paséhado,
porque
jamás besé tanto
por última vez
(deberíais probar!)
que
te di mis
últimos cien besos
y
creo que tú también
besabas desde las
postrimerías
de tus labios
porque ahora
que Verso-beso
los besos que nos dimos,
solo veo besos únicos
besos inde-pendientes
(de crecer)
que
se niegan a ser
conglomerados.
………………………………………………
Y
enormes bandejas
enormes
de besoversos
en tu ví-entre
anunciaban un festín
de Ternuras,
eran fuentes aceradas
en piel de versobesos
en danza.
Y
porque las fiestas
conjuran fiestas
(siestás en misiesta)

algunos
vers.o.s deseos.o.s
de ser bersa-dos:
y jipiaban
su lamento
sobre el tablao
de tus huesos,
y
mi beso,
conmovido
en sus manos ,
por peteneras,
decidió(s)
palmear
un tanguillo
en ochos,
Y
en seguida
una seguidilla
de be.s.o.s
se armó
taconeando
en mis dedos,
desde tu sacro
hasta penetrar
el Atlas
y tembletear
por los mapas
secretos de tu pasión.
y
persiguiendo
aquel rumor
que se a(r)maba
persistente
en tu cabeza,
entre
Tanto
beso
y
Tanto
verso
no pude descifrar
aquellos sueños
acariciados
en braille
que tus manos
servían
paz i entes
sobre mis
homo-platos.
Para brinbdar
usamos
las comisuras
del verbo desierto
Y
aprovechando
las estrías de Sol-edad
que solo un Páramo(r)
puede crear,
en la perpendicular
curva de nuestro olfato
una cremallera de B-e-r-s-o-s
selló nuetros labios.
E
inhalé
de la placenta
de tus besos
y te exhalé
la linfa
que late
en mis versos,
en la primera
circulación
Bersológica
que recuerdo haber
escuchado:
sin arritmias
ni promesas,
besocitos de cangrejos
se anidaban en el corazón,
mien-tras
versocitos de sueño
volaban esta canción.
Y
porque cuidé
los versos
que me respirabas,
no te coarto
estos besos
que te dhoy,
y
sé que mañana
saldrá el Sol,
y
Quiero que volverás,
y
un Martinete de Bersos
en tu ombligo ibidiscente
y
tu hada sorprendida
en el sabor de mis dientes.
Besoversemos de nuevo!
Quiero una Bersoteca!
Seré tu besotecario!
El Bersógrafo

1 comentario:

MORGANA dijo...

Versos y Besos, mmmm, buenísimo.
Me alegra tu regreso.